jueves, 13 de octubre de 2011

Sirena, mar, libertad

Horizontes vagando de Puerto en Puerto
van destilando al Mar Rojo almas blancas.
Destellos de luna irradian esperanzas
en barcos náufragos sin orillas.

Olvidados, inanimados, moribundos barcos,
fantasmas saciados de vida eterna,
guiados por la luna y la madre cometa,
presagios de un errado destino a secas.

Alas de qué me sirven, sino para adornar.
Hoy mi barco anhela anclar en una bahía;
quizás en la bahía de mi aún viejo San Juan,
y perderme y morir rompiendo olas
bañada de espuma, naufragando en un coral.

Sirena, Mar, Libertad, vida en mujer,
déjame amar tus cristalinas aguas,
vivir la gaviota de tu ancho mar
y morir ahogada sobre tus arenas de cristal.

Décimo Febrero

El ocaso se detiene ante el recuerdo
y las cenizas renacen de lo eterno.
La antimateria se vuelve energía
y la fe deja de ser un misterio.

En un sincopado galope corre, alma mía,
el corazón, flagelado en su anhelo,
hacia su redención, hallando vencida
la muerte en un destello.

Sueña verse abrasado por Hefesto
aunque desvanezca su faz en el fuego.
Duerme despierto en sus brazos,
purificando sus más ocultos pensamientos.

Nanas de la sirena

¡Duerme, niña, duerme ya!
La luz del sol apagó
el vuelo del ruiseñor,
el murmullo en la ciudad.

¡Ven, mi niña, ven y sueña
que este sueño escapa al mundo,
y la paz en un segundo
sentirá aquel que está en guerra!

Y es que, tú, niña del mar
das vida, das corazón,
eres reflejo de amor
del reino del más allá.

Eres ninfa de cristal
y tu llanto es llanto Suyo.
Haces ríos los capullos
si triste te ven pasar.

Llegó la hora de viajar
y entonar una canción
con un soplo al caracol
que está juntito a la mar.

Entre voces cristalinas
adiós canta el cielo mudo
al manto que en el crepúsculo
al sol dio su despedida.

Bienvenido es el afán
de la lámpara escondida
que en esta noche divina
se apartó de la bahía
y que alumbra el nuevo día
de mi aún viejo San Juan.

lunes, 29 de junio de 2009

Poema XXII

Valle de lágrimas,
Bruma de invierno,
Asiento de cine,
Reserva en espera,

Alada idea de la noche pasada
Que ha sido borrada al despertar,
Eres efímera quimera
Perseguida por Apolo.

Libertad, dime, ¿por qué redimes
En verdes ojos
El fuego de mi candil?

En verdes lagunas
Pierde razón la razón.
En lienzo blanco
Se vuelve fénix la pasión.

Dime si eres…

Lágrimas corriendo en el valle,
Bruma rayada en invierno,
Vacío asiento de cine
O reservado Amor
A la espera de Psique.

jueves, 22 de enero de 2009

Sólo amor

Aquí comparto por primera vez uno de mis cuentos, escrito hace mas de cinco años, cuando a penas me graduaba de cuarto año. Espero que les agrade, pero advierto que es bastante largo y emo... Ante ustedes, uno de mis hijos!

En el cajón vacío que el cartero ha dejado en la oficina del Sargento Mayor quedaba una carta sin abrir. El Sargento identificó el nombre de la remitente Sahira Gautier y viendo el nombre del receptor queda desconcertado. La carta sin dueño recibida hace días estaba destinada a un guardia militar, Jayson Draco, fallecido ayer en el enfrentamiento entre los liberales y las fuerzas armadas en las calles de Bogotá, Colombia. El distinguido oficial, nacido en Estados Unidos de padres latinos, ofreció su servicio militar a la patria de su amada en orden de proteger a su esposa y su familia desde hace diez años.

Habiendo resistido mayores peligros, no soportó la hemorragia que le causó la bala atravesada en su cráneo por manos aliadas. El luego expulsado soldado García, bajo la lluvia de balas y sangre que le rodeaba en las líneas de fuego, sucumbió al pánico y comenzó a disparar balas al aire. Ninguna encontró hombre antes de tocar el suelo, excepto aquella que hirió a Draco. Cayó de inmediato y entre los brazos de su asesino murió, no sin antes pedir al autor de su muerte que llevase un mensaje a su esposa. “Dile que la amo, que el tiempo no ha logrado borrarla de mi mente. Dile que cada día vivido a su lado fue mi paraíso y que dondequiera que esté la cuidaré. Por último, entrégale este anillo y recuérdale que nuestra promesa aún sigue viva.”

Ante tan conmovedora escena, el Sargento sintió la obligación de leer la carta a su respectivo dueño, aún en la Morgue. Se dirigió al lugar y frente al cadáver de un muerto hombre leyó en voz alta la carta que dictaba:
“Amor, esta noche hay luna llena. Todo es bello como antes, pero no estás aquí para admirarlo. Al divisar tu estrella mi corazón rebosa de nostalgia, y siento lágrimas caer sobre mis mejillas. Quisiera abrazarte y decirte que te amo, que la tenue luz roce nuestros cuerpos; y en la sombra, unidos seamos uno. Siempre soñamos con ser tres, y hoy sólo somos dos, nos faltas tú.

Aquí la vida no es fácil. Trato de olvidarte un momento y creo concebirlo por minutos, pero cuando nuestro niño entra a la casa todo renace de nuevo. Al verlo, veo tus gestos; al sonreír, tu sonrisa. En su hablar, oigo tu voz y mi equilibrio se burla de mi. No encuentro la forma de explicarle que te has ido a un sitio desconocido y que tal vez nunca volverás. ¿Cómo logras que un niño nunca pregunte por qué no puede ver a su papá?, ¿es que acaso hay alguna fórmula mágica que logre extraer de la memoria del ser humano la duda y el deseo de conocer sobre su pasado? Si lo hay, lo quiero. Tu hijo cada vez se aturde más cuando otros niños le preguntan por ti y no tiene una respuesta para dar. Sé que llora a escondidas para no hacerme sentir culpable; pero, a veces, presiento que me odia por no poder devolverle a su padre. Tu hijo es un niño bueno: sobresale en sus calificaciones, juega baloncesto con sus amigos, y como tú, escribe. Creo que está enamorado y pronto conocerá el significado del amor. Sin embargo, ¿cómo podrá saber lo que está bien o esta mal, el momento ideal para el primer beso, o si ella es la correcta, si no tuvo a sus padres juntos como el mejor ejemplo? Antes, era tan fácil encontrar la solución a todo, tenías todas las respuestas en la palma de su mano y el camino a seguir era simple.

Yo sé que él te necesita, y soy responsable de todo lo que ocurre, porque fui yo quien te eligió, quien decidió cargar tus hijos en su vientre y arriesgarse a lo cruel que puede llegar a ser la vida. Hoy rallo en la locura, al estar sola miro tus fotos y las beso una a una como si el deseo de ti te devolviera a mis brazos. La soledad es tan dura, si supiera donde estás, la ilusión me daría fuerzas para imaginarte aquí, conmigo, y la melancolía se vería forzada a abandonar mi cama, pero no es así. No estas aquí y esa es la única verdad que sé. Corazón, por favor dime dónde estás. Vuelve. Quiero cantarte, dormir a tu lado, verte reír, hablarte en silencio, hacer de ti una poesía, inmortalizar tu nombre en la almohada. Desesperada, te espero en la puerta cada mañana con la aurora de frente y tu recuerdo ardiendo sobre el pavimento. Espero tu llegada, tu beso en mi frente, la seguridad de un hechizo cumplido. La esperanza no me deja vivir. Te ansío y no puedo resignarme a vivir sin ti, no quiero, tampoco debo.

Ayer recordaba el momento en que nos conocimos. La Universidad estaba repleta de novatos, y yo, una entre tantos. Hablabas con una de mis amigas, mientras yo iba caminando cerca de ti. Estabas mirándome de reojo, y mi disimulo se acercó hasta ti. La saludé a ella, y luego traté de saludarte. Correspondiste a mi saludo impactado. No podías creer que estaba allí, frente a ti. Recuerdo haberte hablado y que tu no hubieras contestado. Con el paso de los días logré acercarme más. No comprendía el por qué una persona como tú estuviera tan solo. Eras tan vivaz, inteligente, silencioso. Tu silencio me incitaba a aventurarme en ti. Tu mirada, tus ojos penetraban mi alma y me desnudaban – no podía mentir-. Me asustaba el que pudieras ver en mí todo el amor que desbordaba. Quería vivir en tu soledad, acompañarte en la agonía de no decir nada, sintiendo que lo he dicho todo, y poco a poco me fui adentrando en tu ser. Ya no eras sombrío, tu sonrisa airaba felicidad, el sueño de una vida complementada por mi existir. Al igual que tu, yo era más de lo que había sido. Si un día fui buena, hoy era excelente. Tú me hiciste cantar, me hiciste escribir, me hiciste reír como nadie nunca lo había logrado. Era débil y me hiciste fuerte, caía rendida y tú me enseñaste a continuar. Tú, sólo tú pudiste hacer de mí un mejor ser humano. Tus consejos eran agua en manantial para mis problemas y tu risa destrozaba mis enojos, contigo pensé que nunca podría sufrir. Pero hoy el recuerdo de un ayer sin presente, sin futuro, me lastima como un dardo clavado en mi alma, que poco a poco envenena todos mis sentidos y los lleva al más tenebroso éxtasis que algún hombre haya experimentado jamás. Cada día me pregunto si te fuiste amándome, si aún recuerdas mis besos expirados en el pasar del tiempo. Es una tortura, amor, esto que estoy viviendo.

Nuestro hogar no ha cambiado en nada. Aún tengo colgados los cuadros de Van Gogh que algún día fueron nuestra promesa de amor eterno. Tus ropas están dobladas en el armario, y tu almohada sigue intacta a mi lado, salvo por dos o tres lágrimas que, en las noches, sobre ellas he llorado. Tu cama guarda esa suave fragancia infantil, contrastante con tu figura de hombre marcada en las sábanas. Todos los viernes te esperan en la cocina algunos de tus platos favoritos, junto a una botella de champaña. Cada sábado salgo sola a bailar, conmemorando las noches que a solas bailábamos el vals en la alcoba, justo antes de dar comienzo a nuestro ritual del amor. Sin embargo, algo ha cambiado en mí: la figura que el tiempo y el sufrimiento han desgastado poco a poco. Mis cabellos castaños se han infestado de nieve en las primaveras, mi cintura de avispa ha ensanchado sus curvas y mi silueta siempre joven hoy revela la mujer madura que ha ido creciendo con el pasar de los años. Mis ojos cansados de llorar quieren descansar, y mi mente quiere terminar con esta vida llena de vacíos. Sé que si estuvieras aquí revivirías mis ganas de vivir, de luchar y no dar ni un paso atrás para continuar hasta el final. Tus deseos y tu amor a la vida me han traído hasta aquí, pero hoy sólo quiero dormir.
Sí, aún te amo, aunque no sé si te amaría en presencia a ti –hombre vivo- o a tu fantasma varado en el cuarto desde hace veinte años.

Te ama tu aún esposa,
Sahira Gautier”

“Ay, Draco, si sólo te hubieras cuidado las espaldas.”- concluyó el Sargento Mayor mientras guardaba para sí lo que pudo ser la carta de amor más sincera jamás leída por los ojos del muerto.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La amistad

Un joven dijo: “Háblanos de la amistad”.

Y él respondió:

Sus amigos son las respuestas a sus necesidades. Ellos son el campo que siembran con amor y cosechan con agradecimiento. Y ellos son la mesa y la lumbre. Porque ustedes van hacia ellos con hambre y los buscan con sed de paz.

Cuando sus amigos les hablen francamente, no teman hacerles objeciones y tampoco sientan recelo por reservar para ustedes lo que hay de afirmativo de su parte.
Y cuando ellos estén callados, que no cesen sus corazones de oír su propio corazón.
Porque la amistad no precisa de palabras para que afloren todos los pensamientos, todos los deseos, todas las esperanzas que nacen y se comparten en espontánea alegría.

Cuando se separen de un amigo, no sufran. Porque lo que más aman en él aparecerá más diáfano en su ausencia, así como para el alpinista, la montaña es más clara y majestuosa para quien la mira desde el llano.

Y no permitan más propósito para la amistad que el ahondamiento del espíritu. Porque el amor que no busca más que la aclaración de su propio misterio, no es amor sino una red lanzada al mar de la vida con el solo propósito de recoger lo inútil.

Y hagan que lo mejor de ustedes mismos sea para sus amigos. Y si es necesario que conozca el misterio del reflujo de tu vida, que también conozca su pleamar (fin, su tiempo que dura). Porque, ¿qué amigo es aquel al que acudes para matar junto a él las horas? Búsquenlo siempre para vivir las horas. Porque es su misión satisfacer las necesidades y no la vacuidad (vacío). Y que en la dulzura de la amistad, haya risas y placeres compartidos. Porque el corazón humano encuentra su Aurora hasta en las gotas resplandecientes del rocío. Y en ellas se vivifica y resurge.


Gibrán, Khalil. (2000). El profeta. Deva: Buenos Aires, Argentina.

jueves, 11 de diciembre de 2008

A mis amigos...

Queridos amigos:

Este semestre me ha ayudado a crecer como ser humano. En especial, este curso de Literatura Hispanoamericana I. Son ustedes parte de mi proceso de crecimiento, apoyándome en cada paso que he dado. Sus consejos me han ayudado a perfeccionar mis escritos, trabajos que hago con esmero y dedicación.

Así mismo, hay personas que han llegado a mi corazón y se han quedado en él. Ellos son:

Alexis López, tu amistad y tu sencillez te dan a querer entre todos nosotros, sobre todo, tu afán por ayudar al prójimo. Agradezco tu ayuda, tu apoyo y tu amistad.

Alexis Ariel, contigo he vivido momentos muy importantes en mi vida, el viaje a Italia, las confesiones más ocultas en mi ser, la unión que antes tenía con tu primo Alexander, en fin, tu presencia me llena de alegría todos los días.

Karola, gracias por ser tan amable conmigo, al igual que tu hermano, te has ganado un rincón entre las personas que quiero. Espero que tus potenciales de escritora siguan floreciendo porque te auguro un gran éxito.

Angélica, tu alegría, ese dinamismo que te caracteriza y tu fe en mí me hacen quererte mucho, confío en ti y deseo compartir muchos años más contigo.

Carlitos, tú eres especial. Tienes un potencial enorme que debes pulir. Sabes que creo y confío mucho en ti. Gracias por compartir conmigo momentos buenos y momentos malos. Continúa en el camino hacia tu meta. Puedes lograr todo lo que te propongas, lo sé.

Yaritza, aunque no estás en el curso, he compartido grandes momentos a tu lado y agradezco la fe que tienes en mí. Tus buenas palabras me animan a seguir cuando me siento triste.

Delimar, tu tienes un sentido del humor que inyecta a todos los que te rodean. Gracias por ser como eres. Sé que eres una madre ejemplar y una estudiante responsable. Mereces la admiración de quienes te conocemos.

Claribel, te conozco desde hace un año. Eres buena amiga y confío en ti como tú en mí. Sabes que puedes contar conmigo cuando me necesites. Te felicito por tú sabes qué. Me alegro mucho por ti.

Milagros, eres un ser lleno de energías y espiritualidad. Haces que quienes te queremos sinntamos paz a tu alrededor. Tu optimismo ante la vida nos enseña a luchar con una sonrisa en los labios. Tienes un don de palabra y sabiduría que admiro. Ya eres parte de mi familia.


Luz, eres un poco tímida pero tienes un potencial muy grande para lo que te propones. Eres una madre responsable y te das a querer. Gracias por ser parte del grupo de estudiantes maestros de español.

Arleth, tienes un buen sentido del humor. Siempre alegras a quienes te conocen. Vas a ser madre y recibirás un don divino que llenará tu vida de alegría, dolores de cabeza y esperanzas en el futuro. ¡Felicidades!

Dializ, eres una mujer servicial y siempre sonriente. Ha sido un placer estudiar contigo y aprender de tus escritos. Ellos son magistrales. Continúa cultivando la palabra, pues tienes una habilidad que muchas personas desearían tener.

Wilmarilyn, tienes un corazón que no te cabe en el pecho. Eres un ejemplo de superación ante las adversidades. Te admiro y agradezco las veces que has escuchado mis pesares, me has aconsejado y has confiado en mí sin temor alguno. Gracias por tu cinfianza. Admiro tu orgullo por la familia que tienes, por esa niña preciosa que es la luz de tus ojos. Sigue hacia delante. Espero compartir más experiencias contigo.

Cinthya y Glorimar, son bastante calladas. Les aconsejo que se integren a la participación de cada clase y aporten sus ideas porque es en ese proceso que todos nos conocemos mejor. Espero que continúen sus estudios y se abran máa al grupo.

Profesora Sandra Torres, estoy muy agradecida de que haya sido usted el centro de todo este proceso de aprendizaje. Sus exigencias en nuestros trabajos nos ayudan a pulir nuestras habilidades como redactores y pensadores. Este curso, a pesar de llevarse a cabo en un salón de clases, nos ha abierto al mundo que nos rodea, permitiéndonos vivir en diversos tiempos y espacios. Es usted un ejemplo de profesionalismo y responsabilidad. Por otro lado, le agradezco que haya aportado de su tiempo y esfuerzo para que el viaje a Italia se lograra. Fue un placer compartir con usted tantas experiencias nuevas y enriquecedoras. Agradezco de todo corazón su entrega al proyecto. Gracias al empeño que Ramonita y usted pusieron fue todo un éxito.